Tal vez la enseñanza más importante de los ciclos recientes de negocios en los llamados mercados emergentes es el papel que en su difusión tuvieron los bancos comerciales. En un primer momento se observó una expansión rápida y de gran magnitud en el crédito al sector privado. A medida que la exposición de los bancos aumentó, la calidad de los proyectos financiados empeoró y el sector bancario como un todo incrementó su vulnerabilidad. La continuación de la historia es aún menos apacible. La calidad de los préstamos se siguió deteriorando ante la percepción, en el peor de los casos, de que el gobierno podía intervenir. En algún momento todo el edificio comenzó a tambalear cuando las inversiones efectuadas no rindieron lo esperado o, por alguna razón, se modificaron las condiciones macroeconómicas. Al estallar la crisis ya fuera por devaluaciones masivas o por choques de tasas de interés se observó una desaceleración de la actividad económica acompañada de una parálisis del crédito interno. Un aspecto que debe destacarse es que el crédito, en muchos de los episodios, continuó estancado aún al comenzar a recuperarse las economías. La economía colombiana tuvo un comportamiento muy cercano al descrito antes. Al exacerbarse los problemas originados en malos créditos, se presentó una erosión de los depósitos de los bancos y un incremento de la cartera vencida.
En los últimos tres años, a partir del segundo trimestre de 1998, el crédito al sector privado en la economía colombiana muestra un estancamiento severo[i] En Colombia desde finales de la década de los años noventa se observa un estancamiento de crédito real simultáneamente con el mal desempeño de la actividad productiva. Ese comportamiento del crédito generó la preocupación de los representantes del sector privado y de las autoridades económicas. Primero, consideramos el impacto de las reformas financieras emprendidas al comienzo de la década de los noventa, con las que se buscaba obtener una mayor flexibilidad en la determinación por el mercado de las tasas de interés, la apertura del sistema bancario a la competencia nacional e internacional y un fortalecimiento de la regulación prudencial y de la supervisión7. De esa forma, la muestra comprende dos grandes períodos: preliberalización (1981-90) y posliberalización (1991-2000). En segundo lugar, subdividimos cada período a su vez en dos subperíodos. En la pre-liberalización, nos interesa distinguir entre una primera etapa (1981-85) que culminó en la crisis financiera que afectó una porción importante de los bancos comerciales, y en la época posterior, de recuperación (1986-90).
Por otra parte, dentro de la post-liberalización nos interesa separar un período inicial de crédito (1991-98) del más reciente de estancamiento (1999-2000), durante el cual el sector financiero ha enfrentado dificultades, con caídas generalizadas en la rentabilidad y, en algunos casos, con problemas serios de solvencia. Se observa que en los 90 las fluctuaciones entre los subperíodos fueron mucho más pronunciadas, y que el crédito sufrió variaciones más acentuadas que los depósitos. La diferencia en el crecimiento anual del crédito de los bancos entre los dos subperíodos de los 80 fue de 0.8 , mientras que en los 90 la variación fue de 19 puntos porcentuales. Mientras tanto, aunque los depósitos bancarios sí registraron una desaceleración importante en los dos últimos años, cayendo su tasa de crecimiento de 10 ½ % a 3%, esta caída fue mucho menor a la registrada por el crédito. Por consiguiente, la relación créditodepósitos descendió rápidamente, de 144% al final de 1998 a 89% en 2000.[i]
[i] http://www.banrep.gov.co/docum/ftp/borra185.pdf
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